Virus, malware, spyware… ¿En qué se diferencian?
28 Septiembre 2016
Con la proliferación de las nuevas tecnologías y el uso de Internet, cada vez estamos más familiarizados con términos como estos, pero, ¿sabemos realmente qué implicaciones tienen en la práctica?
Se denomina “malware” o software malicioso a los programas malignos cuyo objetivo es infiltrarse en nuestros ordenadores sin nuestro consentimiento para sacar algún beneficio a nuestra costa ya sea legal o ilegalmente, y normalmente son la base de la ciberdelincuencia. Dentro del malware se incluyen virus, gusanos, troyanos, spyware, adware intrusivo, hijacking, y otros programas malintencionados no deseados.
Dentro del malware calificado como infeccioso, encontramos a los virus y gusanos, que se distinguen principalmente por la manera que tienen de propagarse. Mientras que los virus necesitan de la intervención del usuario para propagase ejecutándolos, el gusano se propaga solo. Ambos pueden contener dentro instrucciones para realizar otras acciones, como por ejemplo, borrar archivos.
Los troyanos, un tipo de malware oculto, pueden ser de muchos tipos. Por lo general, se suele instalar en tu ordenador sin que sospeches que se trata de malware, pues no tiene apariencia dañina. Existe una variante que permite el control remoto de tu ordenador por quien dirige ese troyano, sin que tú lo sepas, por supuesto.
El spyware, el adware y el hijacking son programas diseñados para mostrar publicidad no deseada o redireccionar visitas hacia publicidad para beneficio de su creador. Generalmente son instalados aprovechándose de vulnerabilidades o junto con software legítimo.
El spyware o programa espía se instala en nuestro ordenador normalmente junto con programas legítimos y recopila información sobre las actividades que realizamos con nuestro ordenador y posteriormente la transmite a una entidad externa sin nuestro conocimiento ni consentimiento. Funciona como un auténtico parásito pero no se propaga por otros ordenadores.
Los programas adware muestran publicidad no solicitada generalmente mediante ventanas emergentes en nuestro ordenador. Resulta bastante molesta y ralentiza el ordenador.
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Los hijackers o secuestradores de navegadores son programas que realizan cambios en la configuración del navegador web de forma no solicitada o te redirigen a otras páginas web sin previo aviso. Puede tener implicaciones mayores cuando se redirige a alguna página web que pensamos que es de confianza e introducimos nuestros datos y contraseñas, pues pueden hacerse con esos datos y usarlos sin que lo sepamos.
Los keyloggers registran todo aquello que se escribe en el ordenador sin que el usuario lo sepa, lo memoriza y posteriormente lo transmite a través de Internet. Pueden ser de dos tipos: programas que se instalan en el ordenador, o bien, dispositivos físicos que se acoplan en el ordenador, por lo que cuidado con lo que escribes cuando no estás en un ordenador de confianza, podrías estar facilitando toda tu información personal y bancaria a terceros.
Los rogueware simulan ser un antivirus indicando al usuario que su ordenador está infectado con la finalidad de que pague por ese programa que no necesita o se descargue el programa que en realidad es malware, infectándote finalmente el ordenador.
Por último, trataremos sobre los ransomware, que son secuestradores en toda regla: cifran los archivos importantes de tu ordenador haciéndolos inaccesibles y si quieres desbloquearlo, te piden un “rescate” es decir, que pagues por ello. Existe una variante, y es el famoso “virus de la policía”, haciéndose pasar por la policía o por alguna autoridad, te solicita que pagues una “falsa” multa para desbloquear el equipo.