¿Se puede proteger la idea para una startup?
06 Abril 2021
Protección de la propiedad intelectual e industrial de una startup
El primer paso que se debe dar en el momento en que se decide poner en marcha una startup es proteger tanto los elementos clave del negocio como otros aspectos del proyecto en general. Esto implica que en ocasiones también deba protegerse la propiedad intelectual y/o industrial de algunos componentes, tal y como indica la AEFI (Asociación Española de Fintech e Insurtech).
En este sentido, cada proyecto es diferente y, como consecuencia, las protecciones jurídicas dependen de la naturaleza del negocio y de sus elementos nucleares. Esta puede materializarse en obras científicas o artísticas, en programas informáticos, etc. Sea como fuere, aunque los derechos de autor resultan de aplicación desde el momento de la creación, lo mejor para proteger esos derechos es acudir a mecanismos como su inscripción en el Registro de la Propiedad Intelectual (en las oficinas del Registro Territorial de su provincia o en el Registro Central, además de por vía telemática). Otra de las opciones a tener en cuenta es el uso de tecnologías disruptivas como blockchain o en las que se emplean sistemas de inteligencia artificial, que pueden llegar a ser una alternativa para la protección de elementos de propiedad intelectual y que pueden incluso proporcionar, en ocasiones, un plus de seguridad sobre procesos más tradicionales.
Respecto a los componentes citados, nos referimos a elementos fundamentales para el devenir de la empresa, tales como las bases de datos, el nombre de la marca, el logo, las patentes o modelos de utilidad, los dominios web y otros aspectos que se deseen proteger, se debe tener en cuenta que están sujetos a sus propias reglas de registro. En relación con estos activos, es preciso tener en cuenta los costes y alcance de la protección que se contemple, para que el esfuerzo tenga sentido económico.
Protegiendo aquello que no es susceptible de protección como propiedad intelectual o industrial: el elemento conceptual de una startup
Como el registro de una idea no es viable legalmente, para que nadie se apropie de nuestro esfuerzo, debemos tomar otras precauciones (en este caso de carácter contractual) y tratar de proteger esos elementos inapropiables a través de mecanismo que garanticen la confidencialidad del proyecto, tanto en nuestras relaciones con potenciales inversores y socios, como con empleados o proveedores. Para ello es recomendable acudir a la:
- Suscripción de un NDA o acuerdo de confidencialidad. Los acuerdos de confidencialidad permiten proteger la información esencial y que no está en el mercado (esa idea de la que no podemos apropiarnos, pero que se nos ha ocurrido primero a nosotros) cuando esta vaya a ser compartida con terceros, tal y como sucede con incubadoras o foros de emprendedores. De este modo, podremos beneficiarnos de la protección que ofrece la normativa de secretos empresariales y de competencia desleal. También se debe prestar atención a las bases de participación de los mismos.
- Delimitar el uso de terceros y las condiciones de la licencia.
Otros aspectos
Finalmente, también se deben señalar otros aspectos a analizar antes de poner en marcha una startup:
- Analizar la competencia. Esto es importante para evitar infracciones inadvertidas de derechos de terceros, como un diseño o una marca.
- Realizar los correspondientes registros tanto de aquellos elementos susceptibles de protección como propiedad intelectual como como propiedad industrial bajo el paraguas de la sociedad constituida.
- Incorporar a los contratos de trabajo y con proveedores cláusulas de confidencialidad y no competencia que protejan los intereses de la empresa. De este modo se mitigan los riesgos de que el día que un empleado se marche o sea despedido, el negocio se resienta.
En definitiva, las medidas que se recomienda tomar son numerosas, de ahí que sea tan importante contar con la guía y el asesoramiento de profesionales que ayudarán a mantener a salvo cualquier nuevo proyecto.